07 agosto 2015
Por eso, yo confieso que soy infiel, es algo natural e instintivo, es algo que llevamos en nuestro ADN. Recordemos hay pecados de PENSAMIENTO, PALABRA, OBRA y OMISIÓN... y la infidelidad es un pecado más, que todos cometemos pero casi nadie admite.
Pero OJO debemos estar claros en nunca dejar que este pecado llegue a la OBRA, ya que si lo hacemos estamos jugando con nuestra salud y la de nuestra pareja.
Este es un tema que es muy complejo, y que lleva muchos puntos de vista, por eso lo converso con frecuencia. Hace algún tiempo le pregunte a un amigo sobre su punto de vista de ¿porque los hombres son más infieles que las mujeres?, y el respondió: “no es que seamos más infieles, es que no sabemos seleccionar nuestras presas... y además somos exhibicionistas”.
Yo sonreí y le dije explícame, “¿cómo así?”
Me dijo: “mira el hombre es un animal de casería, desde el tiempo de la prehistoria de hecho se sabe por historiadores que el hombre cazaba animales para su alimentación el cual es una de las necesidades básicas, mientras las mujeres cultivaban y seleccionaban frutas, para la alimentación y de hay es donde proviene todo”.
Yo seguía sin entender hasta que me dijo:
“El Hombre quiere cazar, toda presa que se mueva, ya no para comer sino para satisfacer otra de sus necesidades básicas (sexo), y realmente no le importa guardar el secreto es más exhiben su presa como un trofeo y por eso es que los hombres en su mayoría son infieles y además de ser infieles, cometen tantos errores para ocultar sus infidelidades, o mas bien, ellos instintivamente les gusta que el resto de hombres, se enteren de sus infidelidades y vean que tienen más trofeos.
En cambio la mujer, es selectiva, busca más, indaga, selecciona sus frutos los conserva y cuida, para que otra mujer no se lo robe, son más cuidadosas con su fruto. Recordemos la gran mayoría de los casos donde se conoce de la infidelidad de las mujeres es porque los hombres, cometen alguna imprudencia, o simplemente la mujer toma la decisión deque es hora de que todos se enteren”, finalizó.
Por esto y por mis experiencias de vida, considero que todos somos infieles, de una u otra forma, y recalco el problema más grande de la infidelidad es la salud física (ITS) y emocional, (problemas familiares y personales).
No seamos hipócritas en decir “jamás he sido infiel”, pero si tengamos el control para no ser tan instintivos y tratar de que nuestras infidelidades no lleguen a ser pecados de “OBRA”.