El uso de test de antígenos es más que frecuente y por ende cada vez más habitual en la basura.
19 enero 2022 |
En relación a la gestión de los residuos, se recomienda no abrir ninguna bolsa de fracción resto en instalaciones de recogida o tratamiento. Estos recipientes se destinan preferiblemente a la incineración. En caso de no ser posible, acaban en un vertedero. Si es necesario su procesamiento, los trabajadores tienen que recurrir a métodos automáticos. La manipulación solo se permite para la separación de voluminosos, metálicos u otros residuos que no vayan empaquetados. Eso sí, siempre que se adapten todas las medidas de seguridad.
¿Es posible su reciclaje?
El test de antígenos está compuesto principalmente por plástico. Únicamente el bastoncillo que corona el hisopo está fabricado con otro material. Sin embargo, su reciclaje es imposible. "Esto no se recicla. Los objetos pequeños, tamaño monodosis, no los trata ninguna planta. Por poner una medida, todo lo que tiene el tamaño de un brick de zumo individual. Esos residuos van directos al vertedero o incineradora. Lo mismo sucede con los test de antígenos.
No obstante, hay quienes buscan alternativas para evitar el consumo abusivo de plástico. Entidades como la Fábrica de Innovación y Singular Mask trabajan desde diciembre de 2021 en soluciones que hagan más sostenibles a los test de antígenos.
Entre las opciones exploradas, destacan la de sustituir el marco de plástico por uno de cartón. Además, reclaman eliminar artículos que incluye la prueba diagnóstica. Para ello, muestran los test de antígenos diseñados por la compañía estadounidense Abbott Laboratories, en los que se suprime la probeta que contiene la muestra y se emplea el cartón como material principal del artículo. Otras propuestas para cuidar el planeta serían la creación de cajas con varias unidades en su interior. El medioambiente y también los bolsillos de la ciudadanía.
Otras vías para el tratamiento de residuos
Las instituciones colocan al contenedor de fracción resto como el destino final de los test de antígenos. A este van las toallitas, el papel de aluminio, el algodón, las compresas o los bolígrafos. Su contenido es incinerado para generar electricidad o calor. "Hay que recordar que no se trata de medicamentos. Tanto los test de antígenos como las mascarillas se tienen que depositar en el contenedor de fracción resto, siempre cerrados. Estos contienen restos biológicos, tal vez de contagio".
Los test de antígenos son una herramienta más del día a día. Tanto en las estanterías de las farmacias como en el fondo de los cubos de basura. La cuestión es que su vida transite de forma correcta. Desde su uso hasta su final. Por nuestra salud y la del planeta.