Cuando Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim fundaron YouTube en 2005, su intención fue “solamente” crear un portal para colocar, compartir y visualizar videos. Década y media después, el “monstruo” que han creado es utilizado para subir 300 horas de video por minuto… ¡equivale a 3,25 millardos de horas al mes! id
22 enero 2021 |
En consecuencia, el término “Youtuber” dejó de ser asociado exclusivamente a “frikis” e internautas asiduos de las redes sociales. Actualmente, es uno de los oficios (sino el que más) deseados de la era digital. Por estas razones, la competencia para convertirse en un Youtuber exitoso es inmensa, aumenta a cada segundo y requiere de algunos conocimientos elementales.
En primer lugar, para elaborar material audiovisual de excelente definición debes contar con un buen editor de video. En este sentido, gracias a las bondades de la digitalización no existe excusa válida para no hacerlo. De hecho, las alternativas más prácticas permiten la importación, edición y exportación de videos para YouTube (y para cualquier otra red social) sin salir de la ventana del explorador.
Estamos hablando de los editores de video en línea (Clipchamp o Livestream, por ejemplo). Con ellos podrás obtener videos de nivel profesional sin necesidad de convertirte en especialista en producción audiovisual. Puede sonar contradictorio, pero no lo es. Pues, se trata de softwares muy accesibles, fáciles de manejar y de interacción rápida con la red social de tu preferencia.
Sin constancia, no hay futuro como YouTuber. En concordancia, debes crear contenido con asiduidad, revisar las analíticas (más adelante explicaremos esto), aprender de los resultados y de las peticiones de tu audiencia. Claro, no es un asunto de “complacer a todo el mundo”. Especialmente si son críticas mal intencionadas, aunque siempre habrá personas con sugerencias útiles.
En este punto, es importante crear una “política de perfeccionamiento permanente”. En donde la intención de cada video será hacerlo mejor que el predecesor y no esperar mucho tiempo entre lanzamientos. De lo contrario, corres el riesgo de “desenganchar” a la audiencia. Dicha consigna aplica para todo el contenido de tu canal (banners, teasers de entrada o salida, títulos, gráficos…).
Como en todo trabajo audiovisual, crear contenido para YouTube requiere el cumplimiento de las siguientes fases: preproducción, producción y postproducción. A pesar de no ser pasos tan estrictos en comparación con la realización de un largometraje o de una pauta televisiva, por ejemplo, son ineludibles.
Del mismo modo, es preciso tener claro de antemano un guion u orden argumental del contenido antes de comenzar a grabar. Si bien la espontaneidad y la improvisación son características que le añaden autenticidad a tus videos, lo más recomendable es seguir un esquema.
En esta etapa se elabora un cronograma de grabación basado en el organigrama y/o guion diseñado para el video. A su vez, esta secuencia va determinada por el argumento a desarrollar. En la preproducción también se incluyen actividades como la investigación (si requiere) y anotar los equipos necesarios (cámaras, trípodes, iluminación, micrófonos, celulares…).
En adición, te presentamos algunos datos importantes sobre la preproducción:
En este punto, existe una excepción importante: ¿vas a transmitir el video en vivo? Ante todo, si eres un Youtuber principiante no es una acción muy aconsejable de entrada. Pero si es una estrategia significativa para el crecimiento de tu canal, puedes hacerlo siempre y cuando te atengas a los lineamientos temáticos establecidos durante la preproducción.
En cambio, si no vas a transmitir el video en vivo puedes hacer cuantos ensayos te apetezca. Además, puedes hacer planos desde distintos ángulos. La idea es que tengas un amplio abanico de opciones al momento de editar. De esta forma te facilitarás una postproducción más holgada. Dispondrás de más cuadros para escoger.
Es esta fase es cuando editas tus videos y los exportas. Obligatoriamente, el audio debe estar completamente sincronizado y sin interferencias de ningún tipo (sonidos de lluvia, brisa, ruido urbano…). Adicionalmente, en YouTube —y en las redes sociales en general— la postproducción abarca el diseño de una estrategia de social media y de conocimientos SEO.
Es sumamente relevante saber cuáles videos van a permanecer en tu canal a largo plazo. Por ende, no temas en presionar el botón “borrar”; a posteriori solo debes quedarte con el mejor contenido posible. Recuerda: la creación audiovisual es un proceso de ensayo, error y enseñanza perpetuo.
Usualmente, sí lo es. En concordancia, lo ideal sería escoger un tema para tu canal que te guste bastante. ¿Por qué? Bueno, si el contenido de tu video es igualmente de tu interés el tiempo dedicado será “diversión”. La cual, es un sentimiento fácil de percibir por parte de la audiencia.
El objetivo no es ignorar cómo presentan sus videos los otros youtubers con canales similares. En realidad, son referencias muy valiosas si las tomas objetivamente. Sin embargo, la originalidad es bien estimada en las redes. Por consiguiente, si vives comparándote con los youtubers más populares, el resultado más probable será la pérdida de autenticidad (y motivación).
Los videos más vistos de YouTube suelen durar un promedio de tres minutos o menos. Ahora bien, esto no implica “el desprecio” de aquellos canales con contenidos específicos —tutoriales o descripciones científicas, por ejemplo— de mayor extensión. Al respecto, te resultará sumamente apropiado el apoyo en las herramientas analíticas de Google y de YouTube.
Con ellas podrás ver cuántas personas accedieron al video, el promedio del tiempo de visualización y qué porcentaje lo observó en su totalidad. Tras el escrutinio de esas estadísticas, podrás distinguir tendencias de comportamiento. Las cuales formarán parte de tus evaluaciones y futuras estrategias de mejoramiento de tu canal.