Observaciones satelitales de la NASA revelan que el fenómeno en curso de El Niño resulta atípico, con lluvias más intensas en el Pacífico central ecuatorial y no en el oriental como es habitual, informa la agencia estadounidense.
13 abril 2019 |
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) advierte que este evento de El Niño ha madurado y ahora está totalmente establecido en el océano Pacífico.
Los cambios en las temperaturas de la superficie del mar (TSM) provocados por un fenómeno de El Niño afectan a la atmósfera, lo que resulta en variaciones distintivas en el patrón de precipitación en la cuenca del Pacífico.
Estos cambios se muestran como anomalías o desviaciones en el análisis de la lluvia climatológica de la NASA.
Según los especialistas, en un evento de El Niño típico, las TSM más cálidas que el promedio frente a las costas de Perú conducen a una convección mejorada (el aumento del aire que condensa y forma nubes y tormentas).
Provoca además una precipitación superior al promedio en el Pacífico oriental cerca del Ecuador y una precipitación inferior al promedio en el oeste del Pacífico.
Sin embargo, las estimaciones recientes muestran fuertes lluvias y precipitaciones superiores al promedio ubicadas en el Pacífico central ecuatorial, no en el Pacífico oriental.
Esto es lo que se conoce como El Niño 'Modoki' (término japonés para referirse a algo similar pero diferente) o El Niño central del Pacífico, en donde las TSM y las precipitaciones aumentadas se producen cerca de la línea de datos y no cerca de la costa de Perú.
Los expertos de la NASA explican que al igual que con un fenómeno El Niño tradicional, los efectos de este pueden extenderse a los Estados Unidos.
Claramente visible en el promedio mensual de lluvia generado por la NASA fue un área de fuertes precipitaciones en la costa sureste de África asociada con el paso del ciclón Idai, que devastó la región con inundaciones torrenciales en marzo pasado.
El Niño es un fenómeno meteorológico que consiste en un calentamiento de las aguas del océano Pacífico, el cual se desarrolla cada dos a siete años y tiene una gran influencia en el comportamiento del clima en diversos lugares del mundo.