El Consejo Municipal de Panamá aprobó nuevas reformas al Acuerdo 24 de 2016 para endurecer el control sobre el uso de aceras y espacios públicos.
22 septiembre 2025 |
La promesa en papel
El acuerdo reformado establece que ninguna persona o negocio podrá instalar estructuras, mobiliario o realizar actividades en aceras y espacios públicos sin autorización municipal.
En teoría, se busca garantizar el libre tránsito de los peatones y rescatar el ornato de la ciudad.
Pero los ciudadanos saben que el problema no radica en la falta de reglas, sino en la ausencia de ejecución. «El municipio endurece el marco legal, pero la falta de acción en la calle anula cualquier intención de orden», señaló otro ciudadano que prefiere el anonimato.
Aceras invadidas
En sectores como Vía España, Calidonia y Pueblo Nuevo, las aceras están tomadas por kioscos improvisados, talleres de mecánica, estacionamientos ilegales y ventas ambulantes.
Para los peatones, caminar se ha vuelto una carrera de obstáculos que muchas veces los obliga a bajar a la vía y exponerse al tráfico.
La contradicción es evidente: mientras el Concejo proclama medidas de control, en la práctica el espacio público sigue siendo usado como extensión de negocios privados sin consecuencia alguna.
Críticas ciudadanas
Vecinos y dirigentes comunitarios insisten en que las reformas del municipio carecen de credibilidad. “No necesitamos más acuerdos, necesitamos que hagan cumplir los que ya existen”, señalan.
La percepción general es que el Municipio de Panamá actúa con discursos de autoridad en el papel, pero con una pasividad alarmante en la calle.
El reto pendiente
Si el Municipio realmente quiere recuperar las aceras, deberá demostrar que esta vez tiene la capacidad de fiscalizar y sancionar.
De lo contrario, el endurecimiento de las reglas quedará como otro anuncio vacío, mientras los peatones siguen pagando el precio del desorden.