Que Tal, hablemos de tráfico en Panamá

Hace poco nos llegó una notica de la prensa escrita, en el que se nos informaba que según Waze, la aplicación de tráfico y navegación, Panamá estaba en el cuarto lugar de más de 38 países en el mundo, con peores condiciones para conducir debido al tráfico

Yo añadiría el principal motivo: actitud negativa de quien conduce. Y aunque pareciera un chiste inicialmente o algo sin importancia a lo que ya estamos “mal” acostumbrados, es necesario hacer una reflexión sobre lo que nos pasa como sociedad, ya que esta situación es un claro y vivo ejemplo de cómo estamos llevando nuestra vida en colectivo. Estos “tranques” y sus molestias relacionadas, y nuestras posturas en tales momentos, son un espejo fiel de cómo somos en casa, en el trabajo, con nuestras parejas, cómo funciona nuestro país. No se trata de tirarnos al piso a llorar, pero sí de reconocerlo y luego en base a esta aceptación, mejorar.

Puedo anotar los siguientes aspectos que surgen con sólo observar un poco nuestro actuar en la calle:

• Egoísmo. Nadie se me “cuela”, así que no dejo a nadie entrar al carril aunque venga saliendo de su barriada. No permito que nadie me quite el puesto que llevo en el tranque, aunque esto signifique obstaculizar a muchos.
• Inseguridad. Metrobuses que aún creen que son “diablos rojos”. Los busitos “piratas” que parece no tienen respeto por otros autos y se cruzan y meten casi sin espacio. Esto pasa con taxis, inclusive particulares que actúan de la misma manera. Autos en los hombros que luego se meten en el carril normal aun a fuerza y con el riesgo de accidente.
• Desconfianza. No dejo pasar a uno, porque se meten varios. No dejo pasar un bus porque ellos no me dan el “chance” a mí. “Seguro éste de la derecha se me va a meter”.
• Odio. Que alguien se cuele, se meta primero en una fila, despierta un odio y rabia, que al final no sabemos de dónde proviene, pero cuánto daño nos hace en el auto control y tranquilidad para todo el día.  Hay casos de peleas de calle, insultos, entre otras posturas negativas.
• Críticas. Este maneja horrible, el otro va muy lento, el gobierno tiene toda la culpa, todos los demás lo hacen mal, el único que maneja adecuadamente soy yo, aunque me meta en los hombros, o entorpezca entradas y salidas, yo sí lo puedo hacer. Hablamos del famoso “juega vivo” que busca nuestro beneficio sin importar a quién le hacemos daño.
• Impaciencia. Un auto que demore un segundo en seguir al de más adelante, hay que sonar el claxon o pito; Alguien que deja pasar a otro auto, es un tonto por decir lo menos.
• Desesperación. Todo los bloqueos, tráfico pesado, por supuesto pocas salidas en algunos lugares, choques, etc, todo nos provoca molestias, queremos llegar rápido aunque nos hayamos despertado tarde. Y nos llenamos de desesperación

Pero la pregunta ahora es: ¿Qué hacemos? ¿Cómo se resuelve esta situación? Las obras materiales por sí solas no son suficientes, y el claro ejemplo está en todas las mejoras que hizo el gobierno pasado. Pues la única respuesta es:  ¡Cambia tú y luego cambiarás el mundo!. Si yo cambio mi postura y actitud en el manejo, seré uno menos. Y esto no se resuelve con controles, castigos, amonestaciones. Se resuelve con consciencia. No importa si los demás no actúan así, hay que dar el primer paso.

Yo diría que este conducir con consciencia debe incluir:

1. Asumir y aceptar. Saber que habrá lentitud y tranque, y prepararnos mentalmente. No permitir que terceros alteren mi buen estado de ánimo. Es una maravilla poder lograr que nuestro ánimo no depende de nadie más que uno mismo.
2. Disfrutar. Siempre se puede oír una buena música, un mensaje constructivo, noticias. Conversar con los que nos acompañan. Sin darnos cuenta, el tiempo pasa mucho más placenteramente, al final llegaremos a donde vamos con una sonrisa.
3. Comprender. Hay que entender que aquellos que van como desesperados puede deberse a una urgencia personal, tardanza en el trabajo, o una discusión familiar. ¿Qué hace que alguien grite sin motivo? Seguro no es sólo por el tráfico. Si respondemos igual, nos dejaremos llevar por su mal momento.
4. Dejar ser, dejar pasar. ¿Por qué acelerar si alguien se quiere meter en mi fila? Y si voy pasando por una salida de autos, aplicar la cortesía en el manejo. Si alguien se cuela, ya está, no molestarnos tanto.
5. Respeto. Tratar a cualquiera de buena forma. Hay que responder cómo somos dentro, no como los otros nos traten. Cuando uno actúa como uno es, hay tranquilidad. Si nos salimos de nosotros mismos para actuar como otro nos trata, le hacemos el juego, y nos quedamos con la molestia. Si no, fíjense cuando alguien nos grita en el tráfico, la persona continúa normal y nosotros nos quedamos con la rabia y por horas.
6. Paciencia. Respirar hondo si hay molestias, pensar que igual vamos a llegar. Tratar de mantener mi buen estado de ánimo.
7. Autocontrol. No incumplir las reglamentos, están allí para evitar accidentes. Manejar con buen criterio sin importar si hay o no autoridad cerca. Pensar siempre en que lo que yo haga puede afectar a otros, así que manejando de la mejor manera, otros lograrán llegar más rápido a donde vayan.

Claro que no son soluciones perfectas, pero seguro que aplicando estas primeras acciones, será más llevadero el día, comenzando como corresponde, con una gran sonrisa. Así lo compruebo cada día que “disfruto” de nuestro tráfico diario. Y si extrapolo esta actitud a otros momentos del día, seguro que lo pasaremos mejor. Lo digo por experiencia propia.

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