La OMS alertó de los efectos devastadores a escala global de la hipertensión arterial e instó a dar tratamiento adecuado a este padecimiento, muchas veces silencioso, que cobra numerosas vidas.
La venta y comercialización de productos farmacéuticos falsificados constituye un delito en nuestro país, no solo por su afectación al Orden Económico, sino también por las graves consecuencias de salud que pueden enfrentar las personas que llegan a consumirlos.