Las autoridades de isla Mauricio llamarán a juicio al capitán y al primer oficial del buque japonés de bandera panameña Wakashio, que provocó un desastre ecológico tras encallar en el litoral isleño.
25 agosto 2020 |
El indio Sunil Kumar y el esrilanqués Tilakara Ratna, comandante de la nave y su segundo, respectivamente, responderán en el tribunal de Port-Louis, capital del país, por el delito de 'poner en peligro una navegación segura', según la prensa panameña, la cual reflejó que no se hicieron públicas hasta el momento las causas del suceso.
Un reporte del diario local La Prensa aseveró que en la isla del océano Índico se encuentran el director de Marina Mercante, Rafael Cigaurruista, y el jefe de investigaciones marítimas, Daniel Jaramillo, quienes antes de viajar negaron responsabilidad de Panamá por falta de inspección como circuló en medios internacionales.
La Autoridad Marítima de Panamá (AMP) confirmó en una nota oficial que una inspección estatal en Port Hedland, Australia, el 14 de febrero pasado y otra el primero de marzo de 2020 en Kawasaki, Japón, certificaron que la estructura y equipamiento de la embarcación cumplían con las exigencias internacionales.
También se refirió a que los 20 tripulantes estaban calificados para las funciones que cada uno debía realizar a bordo y tenían en regla sus documentos que refrendan la capacitación y su licencia para desempeñar el cargo.
'La AMP no abandera buques de dudosa procedencia, siempre hacemos la debida diligencia; las naves y sus dueños pasan por un proceso estricto de validación, de hecho, este año 2020 hemos rechazado 118 que no cumplían con los requisitos', aseveró Cigaurruista a periodistas panameños.
Este el peor desastre ecológico en la historia de Mauricio, reserva natural protegida por instituciones internacionales, y las hipótesis se debaten entre que lo motivó un fallo mecánico o un error humano, dada la cercanía a la costa que navegaba esta embarcación de unos 300 metros de eslora, encallada en el arrecife costero desde el 25 de julio pasado.
La marejada provocó la semana pasada la ruptura total del casco, cuyas dos terceras partes flotaron a la deriva hasta que lo remolcaron mar afuera, mientras el segmento del cuarto de máquinas quedó en el arrecife.