El último todocamino de Toyota es uno de esos coches especiales que consigue romper moldes y marcar tendencia. Se denomina C-HR y viene a competir en el segmento C. Es decir, una categoría en la que encontramos modelos como el Kia Niro o el Nissan qashqai.
18 marzo 2017 |
Su diseño impresiona por estética deportiva a la vez que futurista. Para que tenga el aspecto de un coche con carrocería de coupé, las puertas posteriores tienen menos superficie acristalada y, los tiradores, están totalmente disimulados. A diferencia de otros coches, los del C-HR nos han parecido mucho más
prácticos y más cómodos de utilizar. Además, tal y como ocurre en otros modelos de la marca, tanto las puertas como el portón trasero se manejan con suavidad y poco esfuerzo.
Amplio, práctico y futurista
El interior sigue con mucha coherencia las líneas presentes en la carrocería, con un diseño moderno y atractivo. Toyota, con muy buen criterio, ha simplificado todos los mandos. El manejo del sistema de climatización y de la calefacción de los asientos se realiza mediante botones físicos -están muy bien
ubicados y se accionan con precisión-. Por otro lado, en el centro del salpicadero hay una pantalla táctil de ocho pulgadas que aglutina el resto de funciones del vehículo -se ve con claridad y está bien orientada para que el conductor y el pasajero delantero puedan verla perfectamente-. A nosotros, nos hubiera gustado encontrar algún mando giratorio para controlar, por ejemplo, el volumen del equipo de sonido.
A diferencia de otros modelos que apuestan por una instrumentación virtual, el C-HR plantea un cuadro analógico convencional. A nosotros nos ha gustado bastante, ya que ofrece muy buena lectura y una iluminación azulada resulta muy atractiva. En el centro de los dos diales, hay una pequeña pantalla digital
donde se puede consultar mucha información sobre el consumo y el funcionamiento del sistema de propulsión, entre otras cosas. Todos los datos que nos ofrece, se muestran de manera sencilla y ordenada.
Su interior, sin ofrecer unos materiales lujosos y con sensación de solidez, ofrece un muy buen aspecto y ajuste cuidado. Además, hay bastantes zonas acolchadas y el salpicadero está tapizado en piel.
La postura al volante se consigue con rapidez, gracias a los amplios reglajes del asiento y del volante. Este último, tiene un diseño y tamaño más que acertado para manejarlo con agilidad. En cuanto a los asientos, resultan muy confortables y ergonómicos. Tan solo echamos en falta una regulación en longitud de la banqueta. Igualmente, nos hubiera gustado que los reposacabezas de los asientos delanteros ofrecieran más reglajes para poder situarlos en el punto óptimo.
Según Toyota, el C-HR se ha diseñado pensando en los conductores de las plazas delanteras, algo que a nosotros nos parece algo acertado. Sin embargo, en las plazas traseras no plantean problemas de espacio, incluso para adultos de generosa altura. Además, nos han gustado especialmente los altos paneles de las
puertas, que se fusionan con el pilar C para dar una gran sensación de protección a los ocupantes.
El maletero, que tiene una capacidad de 377 litros, es suficientemente capaz como para cubrir las necesidades que se esperan en un vehículo de estas características. Si se desea aumentar el volumen de carga, los asientos de las plazas posteriores se pueden abatir con suavidad y poco esfuerzo.
Máxima suavidad en movimiento
El C-HR está desarrollado sobre la base de la nueva arquitectura global de Toyota -Toyota New Global Architecture (TNGA)-, que ha permitido conseguir un vehículo con un centro de gravedad más bajo para conseguir un comportamiento dinámico más deportivo. En marcha, es un coche con un tacto de conducción agradable; la dirección resulta más suave y precisa, y la carrocería responde con inmediatez a las órdenes del conductor sin que los balanceos de la carrocería sean acusados. En este apartado, nos ha parecido el modelo más estable, ágil y deportivo de la categoría.
La suspensión nos ha parecido muy refinada, gracias a lo bien que filtra las imperfecciones del firme. Por otra parte, la calidad de rodadura y la pisada nos ha parecido que también está muy por encima de la que ofrecen sus competidores más directos. Asimismo, cabe destacar, es la sensación de ligereza que transmite y su suavidad, que se traduce en un mayor confort de marcha cuando el coche se conduce durante mucho tiempo.
Tal y como hemos comentado al inicio de la prueba, el Toyota C-HR únicamente está disponible en el mercado español con una versión híbrida de 122 CV, un sistema de propulsión que comparte con el Prius. Para mejorar el rendimiento, la nueva batería híbrida ofrece una mayor densidad energética. Aunque mantiene su potencia, el tamaño se ha podido reducir un 10%. Y lo que es más, ahora puede absorber un 28% más de energía en el mismo intervalo de tiempo, lo que significa que se carga más rápidamente que antes. Los motores eléctricos son de menor tamaño, pero aún así ofrecerán una mejor relación potencia-peso. Además, la eficiencia térmica del motor de gasolina supera el 40%, el mejor rendimiento del mundo para una motorización de gasolina.
El sistema híbrido del Toyota C-HR monta un motor de gasolina de ciclo Atkinson VVT-i de 1.8 litros. En comparación con la tercera generación de Prius, la unidad se ha rediseñado completamente para ofrecer un consumo de combustible sustancialmente inferior. También se ha mejorado el caudal de gas, la combustión, la refrigeración y el control de la detonación, y se aprovecha de forma mucho más eficaz la recirculación del gas de escape.
El Toyota C-HR es un coche silencioso en cuanto a mecánica se refiere cuando circulamos a un régimen moderado. Cuando el giro del motor es alto, el ruido se hace más evidente, pero no excesivamente desagradable ni tampoco molesto.
Si hablamos de prestaciones, el C-HR nos ha parecido un coche muy competente en carretera, siendo aún mejor en recorrido urbano, un entorno en el que se adapta a la perfección. Por ejemplo, cuando circulamos a velocidades de 50 km/h y superiores, o estamos en un atasco, el motor eléctrico entra en escena con frecuencia para reducir las emisiones, eliminar el ruido mecánico y rebajar considerablemente el consumo de carburante. Precisamente, si hablamos de consumo, durante un recorrido que realizamos combinando un trayecto de carretera secundaria, autovía y ciudad, obtuvimos una media de 4,5 l/100 km, una cifra que se consiguió practicando una conducción normal y, como no podía ser de otra forma, respetando escrupulosamente las limitaciones de velocidad.
Queremos hacer mención especial al freno de estacionamiento eléctrico, que funciona infinitamente mejor que la mayoría de los que hemos probado hasta ahora, sea de la categoría y marca que sea. En el C-HR funciona de manera refinada, no hace tanto ruido como otros, se desactiva/activa de manera muy suave y progresiva. En definitiva, que resulta mucho más refinado que todos los que hemos probado y hace que, el uso diario de este coche, sea mucho más confortable.
Amplio equipamiento
El Toyota C-HR ofrece un equipamiento muy completo y de última generación. En cuanto a seguridad se refiere, el modelo de Toyota equipa elementos como el Sistema Precolisión con Reconocimiento de Peatones, Control de Crucero Adaptativo, Avisador de Cambio Involuntario de Carril con Control de la Dirección, Control Inteligente de Luces de Carretera y Reconocimiento de Señales de Tráfico —este último no está disponible en el acabado de acceso a la gama—.
En los niveles de equipamiento superiores se podrán montar asientos calefactados, sistema de entrada inteligente, cristales oscurecidos, tapicería personalizada con asientos parcialmente en cuero, Sistema Avanzado de Asistencia al Aparcamiento —Simple Intelligent Park Assist (S-IPA)—, llantas de
aleación de 18” y pintura metalizada bitono.
El Toyota C-HR ofrece ciertas opciones de personalización que afectan a la carrocería, que puede ser bitono, y al interior, que está disponible en tres nuevas combinaciones de colores: Gris oscuro, Negro/Azul y Negro/Marrón.
Para el final dejamos el equipo de sonido firmado por JBL, que se ha diseñado específicamente para este modelo para ofrecer una gran calidad de sonido. Equipa un amplificador estéreo de ocho canales y 576 vatios y nueve altavoces, incluidas unas guías de ondas acústicas JBL de nueva patente, conocidas como “horn tweeters”. Nosotros los probamos a conciencia, y hay que decir que nos impresionó por su calidad y nitidez de sonido.
Para el diseño del sistema se tuvo en cuenta un análisis en profundidad realizado entre los clientes, que determinó la orientación de los altavoces y el uso de un altavoz de agudos de trompeta (horn tweeter) —marca de la casa de JBL— integrado con precisión en el pilar A, para conseguir un sonido más claro y
nítido.
Además de los dos altavoces de agudos de trompeta de 25 mm y guías de ondas acústicas, el sistema cuenta con dos unidades de dispersión amplia de 80 mm y dos altavoces de subgraves de 17 cm en la parte delantera del C-HR, y, detrás, dos altavoces de gama completa de 15 cm y un altavoz de subgraves de 19 cm en una caja reflectora especial de 10 litros en el maletero. Disponible en combinación con la opción de navegación, el equipo de sonido superior JBL incorpora una codificación de audio sin pérdidas. Todo esto, se traduce en una calidad de sonido muy elevada, que se disfruta aún más en un coche que se muestra muy silencioso en ciudad y carretera.