Bronquitis, neumonía, enfermedades circulatorias, cáncer, párkinson, alzhéimer, paludismo, malnutrición y partos prematuros están relacionados con el cambio climático.
07 marzo 2019 | Publicado : 06 mar 2019 - 05:49 | Actualizado: 07 mar 2019 - 02:20
Una de las fuentes de contaminación del aire más importantes son las centrales eléctricas de combustibles fósiles, especialmente el carbón, emisoras de partículas finas (PM2.5), óxidos de nitrógeno (NOx) y dióxido de azufre (SO2), que reaccionan en la atmósfera para formar ozono (O3). Todos estos contaminantes son perjudiciales para la salud.
El cambio climático provoca que determinados contaminantes ya presentes en nuestras ciudades, como las partículas, el dióxido de nitrógeno y el ozono, permanezcan más tiempo en la atmósfera. Si a esto le añadimos el efecto de isla de calor estival en las grandes urbes, se forma una combinación fatal que aumenta los ingresos hospitalarios por causas circulatorias y respiratorias.
Además de alergias y enfermedades respiratorias, el cambio climático se relaciona con dolencias circulatorias, neurodegenerativas y cánceres
Además, los periodos de polinización están cambiando, lo que modifica la distribución de los alérgenos. Gente que no era alérgica comienza a serlo y los brotes se intensifican.
“Las partículas contaminantes se ‘montan’ en los granos de polen. Cuando estos entran en el organismo, ya no solo llevan polen, sino que están cargados de metales pesados como zinc, arsénico o cobre”, dice Cristina Linares Gil, científica titular del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) e integrante del grupo de expertos para el Sexto Informe de Evaluación del IPCC sobre cambio climático, además de coautora del libro Temperaturas extremas y salud.
Las alergias no son las únicas dolencias asociadas con el cambio climático. Tampoco lo son otras como el asma, la EPOC, la bronquitis o la neumonía, que siempre han estado ligadas a la contaminación. “Ahora sabemos que también es responsable del empeoramiento de muchas dolencias circulatorias y de algunos cánceres”, apunta Linares Gil.
Las enfermedades que se registran como consecuencia del cambio climático son, sobre todo, circulatorias y respiratorias, pero a largo plazo la contaminación se ha relacionado con el cáncer de pulmón, el de mama, riñón y vejiga. Además, hay una alta carga de morbilidad asociada a partos prematuros y exacerbación de enfermedades neurodegenerativas.
En niños se ha demostrado que influye en el desarrollo cognitivo. “Es decir, nos afecta en más enfermedades de las que a priori pueda parecer. Esto tiene además incidencia en la economía, en productividad y en la capacidad laboral”, continúa la científica del ISCIII. Los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente son claros: respirar aire contaminado provoca cada año más de 30.000 muertes prematuras en España.
La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia, según la definición presentada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su constitución aprobada en 1948.
Este concepto se amplía a: "La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades." En la salud, como en la enfermedad, existen diversos grados de afectación y no debería ser tratada como una variable dicotómica.
Así, se reformularía de la siguiente manera: "La salud es un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades”. También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica de un organismo tanto a nivel micro (celular) como a nivel macro (social). En 1992 un investigador amplió la definición de la OMS, al agregar: "y en armonía con el medio ambiente".
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