Luego de dos años ininterrumpidos de realizar las Mejoras al Programa de Estimulación Precoz del IPHE de Ancón, como parte del Proyecto Meta 2016, realizado por la Teletón 20-30,inauguran los servicios de Terapia Ocupacional, Estimulación Visual, Fisioterapia, la Piscina y el Aula Mulitsensorial.
05 diciembre 2018 |
Con la inauguración de las Mejoras al Programa de Estimulación Precoz del IPHE de Ancón, los estudiantes que allí acuden a recibir servicios, recursos y apoyos educativos, ahora lo recibirán desde el paradigma de la neurociencia destinada a proveer a nuestros pequeños de más seguridad y concentración en el momento de aprender cosas nuevas mediante un conjunto de juegos interactivos.
El acto inaugural estuvo presidido por Maruja G. de Villalobos, Directora General del IPHE, en compañía de Lic. Carlos Francisco Tarragó De León, presidente del Club Activo 20-30 2018. También se dirigieron a los presentes, Gloria Hernández, directora del PEC y Alexander Cooban C. ex presidente de la Teletón 20.30 2016.
El neurodesarrollo es el principio de la neuroplasticidad del cerebro, enfatizando el hecho de que día a día podemos hacer nuestro cerebro más fuerte y nos guía hacia un conjunto de actividades que pueden mejorar nuestro cerebro de la mano de un grupo de neuronas que son amigas.
La educación a través de la neurodesarrollo aplica diversas pruebas de cómo un ambiente de aprendizaje equilibrado y motivador ayuda a los niños de un mejor aprendizaje. Es por ello que los niños aprenden “socialmente”, construyendo activamente la comprensión y los significados a través de la interacción activa y dinámica con el entorno físico, social y emocional con los cuales entran en contacto.
“La neuroeducación recomienda que durante los primeros años de vida los niños estén en contacto con la naturaleza y no se les fuerce a permanecer sentados y quietos mucho tiempo, pues a esas edades es cuando se construyen las formas, los colores, el movimiento, la profundidad, con los que luego se tejerán los conceptos”.
Para poder madurar, es decir, crear nuevas redes de neuronas, el cerebro necesita experiencias nuevas. De los 10 a los 12 años, en cambio, el cerebro está específicamente receptivo a aprender aptitudes, por lo que es el momento de potenciar la comprensión de un texto y de que aprendan a razonar de forma matemática. Y, en la adolescencia, el cerebro es plenamente emocional y choca con el actual modelo educativo que en esta etapa les obliga a aprender biología, física, química, materias totalmente racionales.