El hemisferio norte está sufriendo uno de los veranos más calurosos de su historia. Una tendencia que se mantiene desde 2015, debido a los efectos del cambio climático. Te contamos qué se espera para el resto del año y si 2018 romperá un nuevo récord de temperaturas altas.
19 agosto 2018 | Publicado : 18 ago 2018 - 03:54 | Actualizado: 19 ago 2018 - 03:40
Esto comprueba lo que científicos meteorológicos pronosticaron como consecuencia del cambio climático: una alteración en los patrones meteorológicos, generado por el hombre, que lleva al aumento en más de un grado de la temperatura del planeta.
Sin embargo, para Carolina Vera, doctora en Ciencias de la Atmósfera por la Universidad de Buenos Aires e integrante del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, es necesario tener en cuenta las distintas variables que intervienen en el clima.
"Lo que estamos experimentando es la variabilidad natural del clima del planeta, que es capaz de generar oscilaciones de la temperatura, de manera tal que pueda llegar a fenómenos extremos como las olas de calor, combinado con el calentamiento global de origen antropogénico", explicó.
2016 fue el año más caluroso, en el cual se registró una temperatura 1,2 grados por encima de la referencia preindustrial. Un año en el que se sumó la variable natural del efecto de El Niño, un fenómeno cíclico relacionado con el aumento de las temperaturas en la parte oriental del Pacífico tropical.
Sin embargo, 2017 tuvo temperaturas más altas pero sin El Niño, y habiendo experimentado el fenómeno contrario, el de La Niña, que presenta temperaturas más bajas.
Para tener una perspectiva de lo que implicará a futuro, es necesario observar entonces la tendencia a largo plazo, más que la clasificación de los años de manera particular.
"Lo que hay que contar es cuántos récords se han alcanzado en los últimos 10 años. Porque lo que antes era raro como récord, ahora está siendo cada más frecuente. Y eso es lo que produce el calentamiento global", señaló Vera.
Nuestra Visión
Si se los compara con otros biomas, los humedales hacen una contribución significativamente alta a la biodiversidad mundial. Sin embargo, la tasa de pérdida y deterioro de los humedales se está acelerando en muchas regiones del mundo. Las acciones para la conservación y uso racional de los humedales pueden hacer una contribución significativa a la conservación de la biodiversidad, al desarrollo sostenible y la mitigación de la pobreza, mediante la salvaguarda de las especies que dependen de los humedales, de recursos hídricos de mucho valor, y de otros productos y servicios de los humedales.
Creemos que el bienestar espiritual, físico, cultural y económico de la gente depende de la salvaguarda y restauración de los humedales a nivel mundial. Consideramos que se le debe otorgar una mayor preeminencia a su conservación y uso racional como una contribución al desarrollo sostenible. Son necesarias una mejor gobernanza y acciones concertadas por parte de todos los sectores sociales, desde el nivel mundial al local, para mantener los humedales y su variedad de valores y servicios, para las generaciones presentes y futuras.
Nuestra visión a largo plazo es que los humedales y los recursos hídricos se conservan y gestionan teniendo en cuenta toda la gama de sus valores y servicios, para beneficio de la biodiversidad y del bienestar humano.
Valores básicos
En el trabajo a través de todas nuestras oficinas y con nuestros asociados mantenemos los siguientes valores básicos:
Nuestro trabajo tiene validez a nivel mundial
Nuestro trabajo tiene sólidas bases científicas e incorpora el conocimiento tradicional
Trabajamos mediante asociaciones y con una amplia gama de distintos sectores
Respetamos los valores tradicionales
Trabajamos de manera transparente y rendimos cuenta de lo que hacemos.
Julio Montes de Oca, Jefe de la Oficina Regional en Panamá