Unos 3,7 millones de kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a dos veces el estado de Alaska o un poco más la de la India, se encuentran bajo intensa presión humana debido a la construcción de carreteras, la agricultura y la urbanización, entre otros. Pero no se trata de un territorio cualquiera, sino de áreas protegidas. Un nuevo estudio señala que esta es una de las principales razones del catastrófico declive de la biodiversidad.
18 mayo 2018 |
La tala, la minería, la agricultura, las carreteras y los poblados, entre otros, han mermado estas áreas
Pero durante las últimas décadas el investigador James Watson, de la Wildlife Conservation Society y la Universidad de Queensland en Australia, ha podido comprobar de primera mano cómo la tala, la minería, la agricultura, las carreteras y los poblados, entre otros, han mermado estas áreas. Y la situación no parece mejorar si se quieren alcanzar los objetivos de 2020.
El estudio, que publica la revista Science, revela que 3,7 millones de kilómetros cuadrados de las áreas protegidas, es decir el 32,8%, están muy degradadas por la presión humana, mientras que otro 42% no parece tener actividades humanas que perjudiquen. Solo el 10% está completamente libre de amenaza, pero son zonas remotas a gran altitud en Rusia o Canadá.
“Una vez que se producen actividades humanas significativas en el interior de un área, se destruye cualquier hábitat del que dependen las especies en peligro. Estas actividades también permiten que las especies invasoras entren fácilmente en el sistema, causando terribles efectos secundarios a las especies que estamos tratando de salvar”, recalca a Sinc Watson. Las áreas protegidas de Asia, Europa y África fueron las más afectadas por encontrarse en lugares con poblaciones humanas masivas.
180517_area
El Parque Nacional Madidi en Bolivia es una de las áreas protegidas menos impactadas. / Rob Wallace/WCS
Un peligro para la biodiversidad
Para realizar este trabajo, los autores utilizaron el mapa de la huella humana actualizado recientemente que cartografía ocho presiones in situ a 1 km de resolución en la tierra, incluidos centros urbanos, agricultura intensiva, tierras de pastoreo, densidad de población humana, luces nocturnas, carreteras, vías férreas y canales navegables. “Determinamos un umbral de degradación usando este mapa lo que permitió la evaluación global del área protegida”, señalan.
Las áreas con políticas de conservación más estrictas parecen estar haciendo un buen trabajo
Según el trabajo, las áreas protegidas designadas después de 1993 tienen menor grado de presión que las que se establecieron antes. Los científicos sugieren que la una de las razones por las que las zonas pasaron a ser protegidas más recientemente es que tenían baja presión humana.
Además, en la actualidad, 111 naciones creen que han cumplido con sus obligaciones para con el Convenio de Diversidad Biológica basado en la extensión de su área protegida, dicen los autores. “Pero si solo cuentan la tierra en áreas protegidas que no está degradada, 77 de estas naciones no cumplen con el estándar. Y es un límite bajo”, denuncia el investigador.
El estudio muestra que los gobiernos están sobreestimando el espacio disponible para la naturaleza dentro de las áreas protegidas. Los estados afirman que estos lugares están protegidos por el bien de la naturaleza cuando en realidad no lo están. Según los autores, es una de las principales razones por las que la biodiversidad aún está en declive catastrófico, a pesar de que cada vez más tierra está “protegida”.
Pero no todo son malas noticias. Las áreas con políticas de conservación más estrictas parecen estar haciendo un buen trabajo, incluso cuando hay una alta densidad humana. “Lugares como el Santuario de Vida Silvestre Keo Seima en Camboya y la Reserva Niassa en Mozambique están demostrando la capacidad de detener estas presiones en circunstancias donde las presiones son inmensas. Estos lugares son efectivos porque cuentan con los recursos necesarios”, apunta Watson.
“Una red de áreas protegidas bien administrada es esencial para salvar especies. Si permitimos que se degrade, no hay duda de que las pérdidas de biodiversidad se verán exacerbadas”, concluye Kendall Jones, de la Universidad de Queensland.
Nuestra Visión
Si se los compara con otros biomas, los humedales hacen una contribución significativamente alta a la biodiversidad mundial. Sin embargo, la tasa de pérdida y deterioro de los humedales se está acelerando en muchas regiones del mundo. Las acciones para la conservación y uso racional de los humedales pueden hacer una contribución significativa a la conservación de la biodiversidad, al desarrollo sostenible y la mitigación de la pobreza, mediante la salvaguarda de las especies que dependen de los humedales, de recursos hídricos de mucho valor, y de otros productos y servicios de los humedales.
Creemos que el bienestar espiritual, físico, cultural y económico de la gente depende de la salvaguarda y restauración de los humedales a nivel mundial. Consideramos que se le debe otorgar una mayor preeminencia a su conservación y uso racional como una contribución al desarrollo sostenible. Son necesarias una mejor gobernanza y acciones concertadas por parte de todos los sectores sociales, desde el nivel mundial al local, para mantener los humedales y su variedad de valores y servicios, para las generaciones presentes y futuras.
Nuestra visión a largo plazo es que los humedales y los recursos hídricos se conservan y gestionan teniendo en cuenta toda la gama de sus valores y servicios, para beneficio de la biodiversidad y del bienestar humano.
Valores básicos
En el trabajo a través de todas nuestras oficinas y con nuestros asociados mantenemos los siguientes valores básicos:
Nuestro trabajo tiene validez a nivel mundial
Nuestro trabajo tiene sólidas bases científicas e incorpora el conocimiento tradicional
Trabajamos mediante asociaciones y con una amplia gama de distintos sectores
Respetamos los valores tradicionales
Trabajamos de manera transparente y rendimos cuenta de lo que hacemos.
Julio Montes de Oca, Jefe de la Oficina Regional en Panamá