El año pasado estuvo detrás del 2016 como uno de los más calurosos desde que comenzaron los registros, según informes de la NASA y la Agencia Meteorológica Mundial de la ONU.
24 enero 2018 | Publicado : 23 ene 2018 - 14:04 | Actualizado: 24 ene 2018 - 03:06
A pesar de que el fenómeno climático El Niño no afectó la temperatura del mundo el año pasado, fue uno de los años más calurosos de los que se tiene registro, y aunque no es el más caliente, lo hubiese sido si El Niño hubiera entrado en efecto.
Esto significa que los últimos tres años han sido los más calientes de la historia de la humanidad, y el 2017 ocupa el segundo o tercer lugar dependiendo de las pequeñas diferencias entre los registros de temperatura. Además, 17 de los 18 años más calurosos registrados desde 1850 se han producido desde el 2000.
El 2017 también vio eventos climáticos extremos en todo el mundo, desde fuertes huracanes en los Estados Unidos y el Caribe a olas de calor en Australia e inundaciones en Asia. En nuestro país se vieron climas extremos que llevaron nevadas a lugares en donde jamás había nevado o no había sucedido en décadas. Se ha demostrado que muchos de estos eventos fueron mucho más probables debido al calor que resulta del calentamiento global.
Científicos de todo el mundo advirtieron que el límite de 1.5 grados centígrados de calentamiento, establecido como un objetivo por el tratado internacional de cambio climático de París, se estaba abordando muy rápidamente y que era más urgente que nunca recortar las emisiones para evitar los peores impactos.La temperatura promedio en 2017 fue 0.99 grados centígrados superior a la de entre los años 1850-1900, a pesar de que el Océano Pacífico se movió a su fase más fresca de La Niña.
Los datos de temperatura se compilan utilizando miles de mediciones de todos los continentes y todos los océanos.
En los años 2015 y 2016, El Niño elevó la temperatura promedio anual por casi 0.2 grados centígrados. De seguir así, estaríamos llegando a cifras récord antes del fin de la década.
Nuestra Visión
Si se los compara con otros biomas, los humedales hacen una contribución significativamente alta a la biodiversidad mundial. Sin embargo, la tasa de pérdida y deterioro de los humedales se está acelerando en muchas regiones del mundo. Las acciones para la conservación y uso racional de los humedales pueden hacer una contribución significativa a la conservación de la biodiversidad, al desarrollo sostenible y la mitigación de la pobreza, mediante la salvaguarda de las especies que dependen de los humedales, de recursos hídricos de mucho valor, y de otros productos y servicios de los humedales.
Creemos que el bienestar espiritual, físico, cultural y económico de la gente depende de la salvaguarda y restauración de los humedales a nivel mundial. Consideramos que se le debe otorgar una mayor preeminencia a su conservación y uso racional como una contribución al desarrollo sostenible. Son necesarias una mejor gobernanza y acciones concertadas por parte de todos los sectores sociales, desde el nivel mundial al local, para mantener los humedales y su variedad de valores y servicios, para las generaciones presentes y futuras.
Nuestra visión a largo plazo es que los humedales y los recursos hídricos se conservan y gestionan teniendo en cuenta toda la gama de sus valores y servicios, para beneficio de la biodiversidad y del bienestar humano.
Valores básicos
En el trabajo a través de todas nuestras oficinas y con nuestros asociados mantenemos los siguientes valores básicos:
Nuestro trabajo tiene validez a nivel mundial
Nuestro trabajo tiene sólidas bases científicas e incorpora el conocimiento tradicional
Trabajamos mediante asociaciones y con una amplia gama de distintos sectores
Respetamos los valores tradicionales
Trabajamos de manera transparente y rendimos cuenta de lo que hacemos.
Julio Montes de Oca, Jefe de la Oficina Regional en Panamá