En una nota de prensa, el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) informó que la Fiscalía y el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) allanaron una instalación provisional donde hacían extracción con improvisadas dragas hechas con motobombas adaptadas, lo cual contamina el cauce.
La actividad delictiva puso en peligro la salud de al menos cuatro poblaciones ubicadas aguas abajo que consumen agua de ríos que forman parte de la cuenca, además de afectar a la fauna acuática, que a su vez constituye parte de la dieta de los lugareños.
Mediante el allanamiento obtuvieron información documental de los puntos donde la red vendía el oro ilícito, 'hallazgos que son vitales para el fortalecimiento de las investigaciones, lo cual generará vinculación contra los autores y participes', indicó MiAmbiente.
En enero pasado, personal de la institución junto a Senafront sorprendieron a seis personas que realizaban similar actividad minera en otro río en la zona de Panamá Este, a quienes la Fiscalía Ambiental abrió un proceso legal por el delito ambiental de contaminación de fuentes hídricas y suelo (movimiento de tierra).
Posteriormente, en febrero, denuncias de los vecinos de un sitio cercano al anterior, permitieron la incautación de motobombas y otros instrumentos utilizados para el tamizaje de la tierra, método artesanal utilizado para la búsqueda de pequeñas pepitas de oro arrastrado por las corrientes desde las montañas.
El aumento del precio de este metal precioso en el mercado mundial incrementó la actividad de la minería ilegal, con énfasis en áreas poco pobladas al Este de la capital, principalmente en zonas selváticas donde apenas existe algún tráfico humano.