Bajo tensa calma continúa huelga en panameña ciudad de Colón

Después del vandalismo contra comercios e intercambios de disparos entre civiles y policías que ayer crearon pánico en la zona urbana, se respira este miércoles una tensa calma, y por doquier se observan las huellas de barricadas incendiadas y la destrucción de algunos establecimientos.

En cambio, el comité cívico unitario Salvemos a Colón volvió este día a las calles, en forma pacífica, a reclamar la solución de los múltiples problemas que agobian a los pobladores, como el desorden constructivo, falta de agua potable, evacuación de albañales, desempleo, estado de las calles y contra la 'gentrificación'.

El término gentrificación es el proceso mediante el cual la población original de un sector o barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor, algo que critican los colonenses desde que se inició el proyecto gubernamental Renovación Urbana, uno de los elementos de la protesta.

El académico Luis Navas, interpretó la ratificación de tales intenciones en las propias palabras de Mario Etchelecu, ministro de Vivienda, quien ayer en conferencia de prensa negó que el estado vendería los terrenos citadinos ocupados por inmuebles en derrumbe o con extremo deterioro.

'No hay ninguna disposición, no hay ninguna instrucción de venta de ningún terreno del estado. Lo que se ha hablado, y en efecto se ha visto, es la posibilidad de concesionar para que terceros, o la empresa privada, puedan sumarse al desarrollo del proyecto de Renovación de Colón', dijo.

Uno de los líderes del paro, Edgardo Voitier, también interpretó tales palabras como confirmación de que se trata de 'entregarle a un privado un bien público', o sea, señaló que el propio ministro reconoce 'que hay una intención de entregarle a los ricos, los terrenos de la ciudad'.

Los 'objetivos ocultos' del proyecto oficial Renovación de Colón es el móvil principal del paro, afirmó a Prensa Latina Voitier, por eso rechazan el 'perverso propósito de renovación urbana', dijo, y explicó que, en su campaña electoral, el actual mandatario prometió invertir en el casco urbano para disfrute de sus pobladores.

Pero ahora hay un proceso de 'expulsión de la gente desde la ciudad' y se está planteando mover desde el centro citadino a barriadas periféricas a más de 25 mil de sus habitantes, mayormente pobres, denunció, y fue enfático en afirmar el desacuerdo de los colonenses a la gentrificación.

Voitier respondió también a la posición del gobierno prolongar hasta abril solo los problemas de la renovación, mientras los agobian ahora mismo este y otros asuntos, que estarían fuera del debate, según la posición oficial, opinó.

Ayer, en la única reacción pública del gobierno sobre la crisis en Colón, el ministro de Gobierno, Álvaro Alemán, condenó el vandalismo ocurrido la víspera en la norteña ciudad de Colón y dijo respetar las manifestaciones pacíficas de los colonenses al leer la posición oficial resumida en 12 puntos.