La Cuenca Binacional del Río Sixaola posee una biodiversidad y un recurso hídrico excepcionales, de la cual dependen más de 33 mil personas y un valioso ecosistema entre 2 países. Pero se encuentra en riesgo ante graves problemas ambientales generados por la actividad humana.
09 septiembre 2022 |
Los socios gubernamentales del Proyecto son los ministerios de Planificación Nacional y Política Económica (MIDEPLAN) y Ambiente y Energía (MINAE), de Costa Rica; y de Economía y Finanzas (MEF) y Ambiente (MIAMBIENTE) de Panamá; en el marco del Convenio sobre Cooperación para el Desarrollo Fronterizo, suscrito en 1992 por ambos países. El financiamiento es del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), mientras que la iniciativa es implementada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y ejecutada por la Organización para Estudios Tropicales (OET).
La Cuenca del Río Sixaola se ubica mayoritariamente en el cantón de Talamanca de la provincia de Limón en el lado costarricense; y en el distrito de Changuinola de la provincia de Bocas del Toro, en el lado panameño. La mayoría de la población de la cuenca – casi 11 mil personas – es indígena, pertenecientes a 4 pueblos: Ngäbe, Naso, Bribri y Cabécar.
“MIDEPLAN y el MEF, a través del Convenio Fronterizo, se han concentrado en promover, aprobar y fortalecer desde el 2010 la Comisión Binacional de la Cuenca del Río Sixaola (CBCRS), con planes estratégicos, de inversión, gestión y negociación de recursos de cooperación internacional para proyectos de desarrollo, asistencia técnica y capacitación en beneficio de las comunidades, organizaciones sociales, gobiernos locales e instituciones públicas de ambos países. Este proyecto contribuirá a la toma de decisiones de política pública sobre gestión de riesgos por inundaciones y erosión de suelos, monitoreo de contaminantes y calidad del agua del río Sixaola. Además, fortalecerá la participación de las mujeres y pueblos originarios en las decisiones de su territorio; y desarrollará proyectos piloto socio-productivos que ayudarán a las comunidades a la reactivación económica”, afirmó el ministro a.i. del MIDEPLAN, Marlon Navarro Álvarez.
“Con la creación del Convenio Fronterizo, desde 1992, se han dirigido esfuerzos para encaminar el desarrollo hacia las zonas fronterizas a través de programas, proyectos o actividades realizadas desde una estructura operativa binacional, que funciona coordinadamente con la participación de las instituciones de gobierno, gobiernos locales y sociedad civil organizada. Con la reciente creación de la Dirección de Desarrollo Territorial tenemos la oportunidad de incidir mayormente en el desarrollo de los territorios transfronterizos, en cumplimiento de ese mandato que otorgaron los Presidentes de Costa Rica y Panamá para presidir y ejecutar el Convenio Fronterizo”, aseguró José Agustín Espino, director de Desarrollo Territorial del MEF, y secretario Ejecutivo del Convenio sobre Cooperación para el Desarrollo Fronterizo entre Panamá y Costa Rica.
“Esta iniciativa nos permite conectar con las comunidades, proteger los ecosistemas y trabajar de manera integral, tanto bajo un enfoque de género como de respeto a los pueblos indígenas”, comentó el viceministro de Ambiente de Costa Rica, Rafael Gutiérrez.
“Debemos promover la gobernanza del agua en la cuenca del río Sixaola para fomentar la participación de actores públicos y privados. Ella se convierte, a largo plazo, en una respuesta para lidiar con sistemas tan complejos y conflictivos como son las cuencas transfronterizas. A través de este Proyecto, la cuenca del río Sixaola se transformará en un sistema de cooperación territorial, en donde se pondrán en práctica procesos participativos que puedan ser replicados en otras cuencas de ambos países y de la región. Reiterando así el compromiso en fortalecer y continuar el proceso de manejo sostenible de estos recursos hídricos, en beneficio de las actuales y futuras generaciones”, señaló el ministro del MIAMBIENTE de Panamá, Milciades Concepción.
«La Gestión Integrada de los Recursos Hídricos permite aprovechar el agua, suelo y recursos naturales en la cuenca, de forma compartida, racional y sin ponerlos en riesgo. Debemos transformar ciertas prácticas que afectan el acceso justo e igualitario al agua en la Cuenca Binacional», señaló la Representante Residente del PNUD Panamá, María del Carmen Sacasa.
“La degradación de los ecosistemas de agua dulce en la Cuenca Binacional afecta la calidad de vida de las personas que la habitan. Hay comunidades y familias, tanto del lado panameño como el costarricense, que sufren por contaminación del agua por uso excesivo de agroquímicos, así como también por la ausencia de un sistema de alerta temprana que permita mitigar los impactos de las recurrentes inundaciones. El éxito en la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos requiere de la coordinación binacional, del uso de la ciencia, y de la gestión y liderazgo de las comunidades locales, pueblos indígenas, lideres afrodescendientes y líderesas mujeres que este Proyecto viene a apoyar”, dijo el Representante Residente del PNUD, José Vicente Troya Rodríguez.
“Sea por contaminación por agroquímicos, por bolsas plásticas del cultivo agrícola que no se tratan adecuadamente, o por la falta de soluciones para tratar los residuos, el agua está en riesgo, y también la salud del ecosistema y de miles de personas en la Cuenca Binacional. Es urgente mejorar la gestión de los recursos naturales en unión con las comunidades e instituciones”, mencionó el director de la OET, Miguel Méndez González.
Provincia de Chiriqui
Chiriquí significa ‘valle de la Luna’ para los indígenas ngäbe-buglé. Según Phillip Young, el nombre del pueblo guaymí, aparece mencionado por primera vez en las Crónicas de Fernando Colón, quien relata el cuarto viaje de Cristóbal Colón por las costas caribeñas del istmo, en 1502. Según los cronistas españoles, los aborígenes llamaban a esta región Chiriquí o Cheriqué, vocablo que significa ‘valle de la Luna’. Según el historiador Ernesto J. Castillero, la primera vez que se menciona el nombre Chiriquí en un documento es en la Relación, de Gil González Dávila, quien en 1522 recorrió la costa panameña del Pacífico.
Chiriquí tiene una superficie de 6547,7 km². Tiene algunos ríos como el Palo Alto, Caldera, Chiriquí Nuevo, Chiriquí Viejo, Los Valles, Cochea, Colga, Papayal, Agua Blanca, Piedra, David, Fonseca, San Félix, Tabasará. Limita al norte con Bocas del Toro y la comarca Ngabe Bugle, al oeste con Costa Rica, al este con Veraguas y al sur con el océano Pacífico.
Al norte de esta provincia se encuentra la gran Cordillera de Talamanca en donde nacen numerosos ríos que desembocan en el Pacífico, y en donde se encuentra la elevación más alta del país que es el volcán Barú (o volcán de Chiriquí) con 3474 msnm. También se destacan elevaciones como el cerro Horqueta, el cerro Fábrega, el cerro Picacho (2874 msnm) y el cerro Pando (2468 msnm) entre otros.
La provincia de Chiriquí posee un exclave en el extremo oriente, el corregimiento de Justo Fidel Palacios en el distrito de Tolé, que está separado del resto de la provincia por la comarca Ngäbe-Buglé (distrito de Müna). A su vez dentro del distrito de Tolé contiene dos enclaves que pertenecen a la comarca Ngäbe-Buglé.
La provincia de Chiriquí es uno de los más biodiversos del país. Junto a la frontera con Costa Rica se localiza las tierras altas del macizo montañoso centroamericano (cordillera de Talamanca). En Chiriquí hay diversas especies de plantas, entre ellas cacahuate, caoba, cedro rojo, ceiba, ciprés, encino, fresno, guácimo, guapaque, laurel, mangle, mezquite, pastizales, pino, quebracho y volador.
Asimismo existe una gran variedad de vida animal, especialmente aves y reptiles. Entre la fauna hay aves acuáticas, boas, cocodrilos (incluyendo el cocodrilo de pantano, una especie endémica), jabalíes, leoncillos, monos, puerco espines, sarahuatos, tepezcuintles, tlacuaches, tortugas, venados cola blanca, tucanes de cuello amarillo y el jaguar que es el felino más grande de América y el tercero en el mundo también reside en Chiriquí.