Un equipo de científicos panameños ha descubierto una nueva especie de anfibio endémico en la cordillera de Talamanca, al oeste de Panamá, dentro del Parque Internacional la Amistad (PILA).
12 mayo 2022 |
En dos décadas de trayectoria, el Dr. Batista ha participado en el descubrimiento de 24 nuevas especies de anfibios y reptiles, además de 9 que se encuentran en proceso de descripción y otras más que se encuentran en fase de análisis moleculares para comprobar si se trata de nuevas especies para la ciencia.
El epíteto específico de esta nueva especie de salamandra honra a Cathy Ledec, conservacionista apasionada y comprometida con las organizaciones conservacionistas que trabajan para preservar el hábitat de las salamandras en el Neotrópico. El nombre común de la especie es Salamandra de fuego chiricana o Chiriquí fire salamander en inglés, haciendo referencia al color rojizo que tiene.
Los investigadores destacan que, la nueva especie se distingue por su coloración dorsal y ventral, las membranas en los dedos de las manos y pies, y un recuento de dientes maxilares comparativamente alto en relación con su tamaño corporal.
La especie fue observada por primera vez en 2017 durante las giras de campo del proyecto “Sistemas de Producción Sostenible y Conservación de la Biodiversidad, del Sistema Nacional de Información y Monitoreo de la Diversidad Biológica (SNIMDB)”, ejecutado por la Dirección de Áreas Protegidas y Vida Silvestre del Ministerio de Ambiente de Panamá.
La localidad del origen de la especie se encuentra cerca de la división continental entre las provincias de Chiriquí y Bocas del Toro dentro del PILA a 1,969 metros sobre el nivel del mar.
Como esta nueva especie está restringida a una pequeña área de un hábitat de gran altitud en la Cordillera de Talamanca, los investigadores sugieren que se clasifique como una especie “En peligro crítico”, de acuerdo con las categorías y criterios de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La presión humana alrededor del área probablemente conducirá a una mayor disminución de las poblaciones a través del deterioro del hábitat y la reducción del área de ocupación, apuntan los científicos.
A nivel global, el 40% de los anfibios se encuentra en riesgo de extinción, mientras que, en Panamá, la última actualización de 2010 indicó que tenemos el 33 % de anfibios en alguna categoría de amenaza.
“Todavía se necesita trabajo taxonómico en las tierras altas entre Costa Rica y Panamá ya que aún tenemos vastas áreas remotas aún sin explorar, principalmente a lo largo de la Serranía de Talamanca. Los bosques nubosos son vulnerables al cambio climático debido al bajo rango de movilidad de las especies endémicas de las tierras altas. En consecuencia, las especies o poblaciones restringidas a dichos hábitats son enormemente susceptibles a ligeros cambios en el medio ambiente y, por lo tanto, enfrentan un riesgo elevado de extinción”, comenta el Dr. Batista.
Se requiere un plan de conservación urgente para proteger el bosque nuboso circundante y todo el PILA, para preservar su grupo único de especies endémicas, añade.
Este trabajo de expediciones e investigaciones fue posible gracias al apoyo del Ministerio de Ambiente, asociación Adopta Bosque Panamá, The Rain Forest Trust, Universidad Autónoma de Chiriquí, Fundación Los Naturalistas, departamento de Zoología, Instituto de Biociencias, Universidad de São Paulo, Brasil; y el SNI de la Senacyt.
Provincia de Chiriqui
Chiriquí significa ‘valle de la Luna’ para los indígenas ngäbe-buglé. Según Phillip Young, el nombre del pueblo guaymí, aparece mencionado por primera vez en las Crónicas de Fernando Colón, quien relata el cuarto viaje de Cristóbal Colón por las costas caribeñas del istmo, en 1502. Según los cronistas españoles, los aborígenes llamaban a esta región Chiriquí o Cheriqué, vocablo que significa ‘valle de la Luna’. Según el historiador Ernesto J. Castillero, la primera vez que se menciona el nombre Chiriquí en un documento es en la Relación, de Gil González Dávila, quien en 1522 recorrió la costa panameña del Pacífico.
Chiriquí tiene una superficie de 6547,7 km². Tiene algunos ríos como el Palo Alto, Caldera, Chiriquí Nuevo, Chiriquí Viejo, Los Valles, Cochea, Colga, Papayal, Agua Blanca, Piedra, David, Fonseca, San Félix, Tabasará. Limita al norte con Bocas del Toro y la comarca Ngabe Bugle, al oeste con Costa Rica, al este con Veraguas y al sur con el océano Pacífico.
Al norte de esta provincia se encuentra la gran Cordillera de Talamanca en donde nacen numerosos ríos que desembocan en el Pacífico, y en donde se encuentra la elevación más alta del país que es el volcán Barú (o volcán de Chiriquí) con 3474 msnm. También se destacan elevaciones como el cerro Horqueta, el cerro Fábrega, el cerro Picacho (2874 msnm) y el cerro Pando (2468 msnm) entre otros.
La provincia de Chiriquí posee un exclave en el extremo oriente, el corregimiento de Justo Fidel Palacios en el distrito de Tolé, que está separado del resto de la provincia por la comarca Ngäbe-Buglé (distrito de Müna). A su vez dentro del distrito de Tolé contiene dos enclaves que pertenecen a la comarca Ngäbe-Buglé.
La provincia de Chiriquí es uno de los más biodiversos del país. Junto a la frontera con Costa Rica se localiza las tierras altas del macizo montañoso centroamericano (cordillera de Talamanca). En Chiriquí hay diversas especies de plantas, entre ellas cacahuate, caoba, cedro rojo, ceiba, ciprés, encino, fresno, guácimo, guapaque, laurel, mangle, mezquite, pastizales, pino, quebracho y volador.
Asimismo existe una gran variedad de vida animal, especialmente aves y reptiles. Entre la fauna hay aves acuáticas, boas, cocodrilos (incluyendo el cocodrilo de pantano, una especie endémica), jabalíes, leoncillos, monos, puerco espines, sarahuatos, tepezcuintles, tlacuaches, tortugas, venados cola blanca, tucanes de cuello amarillo y el jaguar que es el felino más grande de América y el tercero en el mundo también reside en Chiriquí.