Como un período peculiar dividido en dos etapas con aciertos, desaciertos y un futuro incógnito, es calificado por la Junta Directiva de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Chiriquí, el primer año de Gobierno del presidente de la República Laurentino Cortizo Cohen.
03 julio 2020 |
La primera de ellas con ocho meses caracterizados por una serie de cuentas por pagar, algunas de ellas no registradas; índices económicos y recaudaciones a la baja, que motivaron un giro en las decisiones, encaminados hacia la contención del gasto y presionados por un presupuesto restante de la anterior administración, a juicio del presidente del gremio Felipe Venicio Rodríguez.
Según el empresario la necesidad de cambiar la economía, presentó la primera oportunidad de preparar un nuevo presupuesto, destinado en gran parte al reforzamiento del sector agropecuario y agroindustrial, para llevar al país a mejorar los productos a través de la generación robusta de una cadena de valor, que permitiera fortalecer el Producto Interno Bruto, con planes ajustados y previamente consensuados con la sociedad civil, para generar más oportunidades, integrando al sector informal.
Cuando todo parecía marchar bien, el Gobierno también mostró interés en potenciar el sector turismo, según el economista, con proyectos a mediano y largo plazo, que sólo en la provincia de Chiriquí prometía el impulso de marca destino Discover Chiriquí, a través del reforzamiento del proyecto impulsado por el sector privado denominado Circuito del Café .
Cada uno de los anuncios abrió la esperanza a una serie de cambios con beneficios a un pueblo agobiado, que marcarían el inicio de un nuevo país, favoreciendo a todos los sectores a través de la generación de empleos y un mayor circulante.
La perspectiva cambia según la Cámara de Comercio, en el mes de marzo ante la llegada de COVID-19, motivando nuevas estrategias con una cuarentena y un compromiso gubernamental de cerrar las empresas, excepto las esenciales para el país, demostrando la importancia de contar con una economía primaria y saludable, con un sector agropecuario que no dudó en continuar produciendo, para garantizar la alimentación de los panameños.
Aunque los directivos del gremio reconocen la inexperiencia mundial ante la pandemia que hoy sigue cobrando vidas, aseguran que al inicio se registraron problemas de coordinación, para la adquisición y distribución de los alimentos de manera equitativa a los todos los sectores del país, entre ellos la provincia de Chiriquí, donde la Cámara de Comercio realizó un aporte significativo junto al Despacho de la Primera Dama, para que el sustento llegara a la mayor cantidad de personas en condiciones de vulnerabilidad.
El monto de los primeros bonos solidarios con una cifra desconcertante fue otro de los desaciertos, al igual que la falta de interés ante la sugerencia del sector privado, que este miércoles finalmente fue tomada en consideración, para la eliminación temporal de viáticos, dietas y gastos de representación a funcionarios, permitiendo un significativo ahorro en la planilla estatal, ante la caída esperada en la recaudación.
A este renglón también se suma la respuesta tardía en la aprobación de una moratoria, para el pago de impuestos, tasas, préstamos personales, pagos de los servicios públicos, entre otros, buscando la tranquilidad del país.
La educación también quedó empañada ante la ausencia de un sistema moderno para el pago de los compromisos y la necesidad urgente de regular la educación virtual.
Los directivos de CAMCHI reconocen que para este nuevo período los desafíos serán mayores para el mundo en general, sin embargo advierten que Panamá deberá prepararse con herramientas adecuadas, entre ellas la modificación de algunas leyes, que permitan sanciones más severas para los delitos de corrupción, contemplando muerte civil, imprescriptibilidad de los delitos y la extinción de dominio, que permitan nuevas oportunidades de forma equitativa.
Entre los principales retos se encuentra el cambio de la estructura impositiva fiscal, para que los más de 700 mil trabajadores informales, no teman pasar a la formalidad fiscal, con una ampliación de los 11,000 y una modificación de la tabla de impuestos sobre la renta, para integrar más panameños y generar mayores ingresos.
Para lograr este objetivo la CAMCHI reafirma su compromiso como organismo fiscalizador, líder, beligerante y dispuesto a continuar realizando los aportes y sugerencias necesarias en pro del desarrollo socioeconómico de la región.
Provincia de Chiriqui
Chiriquí significa ‘valle de la Luna’ para los indígenas ngäbe-buglé. Según Phillip Young, el nombre del pueblo guaymí, aparece mencionado por primera vez en las Crónicas de Fernando Colón, quien relata el cuarto viaje de Cristóbal Colón por las costas caribeñas del istmo, en 1502. Según los cronistas españoles, los aborígenes llamaban a esta región Chiriquí o Cheriqué, vocablo que significa ‘valle de la Luna’. Según el historiador Ernesto J. Castillero, la primera vez que se menciona el nombre Chiriquí en un documento es en la Relación, de Gil González Dávila, quien en 1522 recorrió la costa panameña del Pacífico.
Chiriquí tiene una superficie de 6547,7 km². Tiene algunos ríos como el Palo Alto, Caldera, Chiriquí Nuevo, Chiriquí Viejo, Los Valles, Cochea, Colga, Papayal, Agua Blanca, Piedra, David, Fonseca, San Félix, Tabasará. Limita al norte con Bocas del Toro y la comarca Ngabe Bugle, al oeste con Costa Rica, al este con Veraguas y al sur con el océano Pacífico.
Al norte de esta provincia se encuentra la gran Cordillera de Talamanca en donde nacen numerosos ríos que desembocan en el Pacífico, y en donde se encuentra la elevación más alta del país que es el volcán Barú (o volcán de Chiriquí) con 3474 msnm. También se destacan elevaciones como el cerro Horqueta, el cerro Fábrega, el cerro Picacho (2874 msnm) y el cerro Pando (2468 msnm) entre otros.
La provincia de Chiriquí posee un exclave en el extremo oriente, el corregimiento de Justo Fidel Palacios en el distrito de Tolé, que está separado del resto de la provincia por la comarca Ngäbe-Buglé (distrito de Müna). A su vez dentro del distrito de Tolé contiene dos enclaves que pertenecen a la comarca Ngäbe-Buglé.
La provincia de Chiriquí es uno de los más biodiversos del país. Junto a la frontera con Costa Rica se localiza las tierras altas del macizo montañoso centroamericano (cordillera de Talamanca). En Chiriquí hay diversas especies de plantas, entre ellas cacahuate, caoba, cedro rojo, ceiba, ciprés, encino, fresno, guácimo, guapaque, laurel, mangle, mezquite, pastizales, pino, quebracho y volador.
Asimismo existe una gran variedad de vida animal, especialmente aves y reptiles. Entre la fauna hay aves acuáticas, boas, cocodrilos (incluyendo el cocodrilo de pantano, una especie endémica), jabalíes, leoncillos, monos, puerco espines, sarahuatos, tepezcuintles, tlacuaches, tortugas, venados cola blanca, tucanes de cuello amarillo y el jaguar que es el felino más grande de América y el tercero en el mundo también reside en Chiriquí.