El mundo de la telefonía móvil cambia rápidamente en función de las demandas de los clientes. Los gustos de los consumidores son cada vez más tenidos en cuenta para renovar y seguir desarrollando telefonía acorde al estilo de vida de este siglo.
25 febrero 2019 |
Un teléfono reacondicionado es aquel que se recompra a los propietarios que deciden deshacerse de su viejo terminal usado.
En paralelo, un teléfono seminuevo es aquel que suele estar expuesto en tiendas de telefonía.
Ambos se revisan y reparan para que sean funcionales al 100%. Del mismo estudio de ForallPhones, se desprende que los usuarios están acostumbrados a cambiar de móvil cada dos años (40%). Las razones que conllevan a esta decisión son que su móvil deja de funcionar (46%), quieren renovarlo aunque funcione perfectamente (44%) y porque quieren tener en sus manos el modelo más nuevo que esté disponible en el mercado (19%).
A este deseo de renovación, se suma que el 63% no sabe qué hacer con el viejo terminal y, antes de venderlo en tiendas y plataformas de segunda mano (30%) o reciclarlo en puntos habilitados en cada ciudad para ello (15%), lo deja guardado en un cajón. Para presumir de su nueva adquisición telefónica, también hay datos sobre la cantidad de dinero empleado para tal fin,
ForallPhones, en su compromiso por promover y luchar por la economía circular y destacar como marca responsable que ya ha evitado más de 414 toneladas de chatarra electrónica al medioambiente, ha recogido datos sobre el apartado ecológico que está también presente en este sector. Así, un 55% de los consumidores no sabe que, al comprar un teléfono nuevo, se está contribuyendo a la fabricación de más dispositivos para satisfacer la demanda y que esto hace aumentar las emisiones de CO2 y provoca un mayor consumo de recursos naturales, altamente contaminantes, en contraposición a un 42% que sí es consciente de esta información.
Los encuestados también respondieron a una pregunta sobre la famosa obsolescencia programada tan presente a día de hoy, despejando dudas sobre su significado – un 67% sabe que es la planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio por el fabricante – y sobre la responsabilidad de las empresas respecto a ello – un 84% cree que los fabricantes programan la vida útil de los dispositivos que fabrican y un 88% afirma que habría que imponerles mayores castigos por ello.
“Las marcas seguimos un camino de innovación que facilite más la vida a los clientes y les habla directamente gracias a experiencias personalizadas. Por eso, tenemos que saber escuchar a cada usuario ya que son millones en todo el mundo y tienen el poder de decidir”, señala José Costa Rodrígues, CEO y fundador de ForallPhones. “Nosotros hemos escuchado esas demandas y, precisamente, de ellas nació nuestro deseo de democratizar la alta gama telefónica y de asegurar la mejor calidad en iPhonesseminuevos y reacondicionados mientras que ayudamos al medioambiente”, afirma.