La ciencia apenas comienza a revelar las repercusiones neurológicas del consumo de pornografía. Pero ya está claro que la salud mental y la vida sexual de sus espectadores están sufriendo efectos catastróficos: de la depresión a la disfunción eréctil, advierte Rachel Anne Barr, investigadora de la Universidad Laval en Canadá.
Hoy en día muchos lugares públicos tales como aeropuertos, cafés, estaciones, están equipados con puertos de carga que realmente ayudan a permanecer disponible cuando la batería del dispositivo móvil está baja. Sin embargo, tales cargadores representan un peligro real para la seguridad de los datos personales.