La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de un fuerte incremento en la prevalencia de la ansiedad y la depresión relacionadas con la pandemia de COVID-19 derivadas en gran medida del aislamiento social, y señaló que los jóvenes y las mujeres son los más afectados.
03 marzo 2022 |
De acuerdo con un informe científico publicado por la OMS, en el primer año de la pandemia, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión se incrementó en un descomunal 25 por ciento. El 90 por ciento de los países estudiados incluyeron salud mental y apoyo psicosocial en sus planes de respuesta a la COVID-19, pero aún hay importantes brechas y preocupaciones.
El aislamiento social derivado de la pandemia ha generado un estrés sin precedentes, indicó la OMS. Esto limitó la capacidad de las personas para trabajar, buscar el apoyo de los seres queridos e interactuar con sus comunidades. El agotamiento ha sido un importante desencadenante de pensamientos suicidas entre los trabajadores del sector salud.
"La información que tenemos actualmente sobre los efectos de la COVID-19 en la salud mental del mundo es tan sólo la punta del iceberg", dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. "Este es un llamado de atención a todos los países para que estén más atentos a la salud mental y hagan un mejor trabajo de apoyo a la salud mental de su población".
De acuerdo con el informe de la OMS, los jóvenes, cuya salud mental ha resultado afectada por la COVID-19, corren un riesgo desproporcionado de presentar comportamientos suicidas o de autolesionarse. Las mujeres han resultado más severamente afectadas que los hombres y las personas con afecciones médicas físicas preexistentes, como asma, cáncer o enfermedades cardíacas, tienen más probabilidades de desarrollar síntomas de trastornos mentales al contagiarse de COVID-19.
La pandemia ha interrumpido gravemente los servicios de salud mental en todo el mundo, lo que ha dejado enormes vacíos de atención para quienes más los necesitan. Aunque la situación había mejorado un poco para fines de 2021, todavía hoy muchísimas personas no pueden obtener el cuidado y apoyo que necesitan para afecciones de salud mental tanto preexistentes como nuevas.
De acuerdo con un estudio reciente de la OMS, el 90 por ciento de los países está trabajando para proporcionar apoyo psicosocial y de salud mental a pacientes de COVID-19 y personal de emergencia por igual, pero la escasez mundial crónica de recursos de salud mental todavía continúa hoy.
El más reciente "Atlas de la Salud Mental" de la OMS mostró que en 2020, los Gobiernos de todo el mundo gastaron en promedio poco más de dos por ciento de sus presupuestos de salud en salud mental y muchos países de bajos ingresos reportaron menos de un trabajador de salud mental por cada 100.000 habitantes.
La COVID-19 "dejó al descubierto la histórica falta de inversión en servicios de salud mental. Los países deben actuar con urgencia para garantizar que el apoyo de salud mental esté disponible para todos", dijo Devora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OMS.