La proteína transportadora —o guardia— que deja entrar a los Omega 3 se llama MFSD2A y es el centro de la investigación.
"Entender cómo funciona la MFSD2A y cómo atrae a los Omega 3 a través de la barrera hematoencefálica puede proporcionarnos la información que necesitamos para diseñar fármacos que puedan engañar a este controlador y obtener pases de entrada".
Para visualizar la MFSD2A, la investigadora utilizó una técnica llamada microscopía crioelectrónica de una sola partícula.
"La belleza de esta técnica es que podemos ver la forma del transportador con detalles de hasta una fracción de una milmillonésima parte de un metro", afirma el codirector del estudio, el doctor Filippo Mancia.
Para este análisis las moléculas de las proteínas se suspenden en una fina capa de hielo bajo un microscopio electrónico. Unas potentes cámaras toman millones de imágenes de las proteínas desde innumerables ángulos que luego pueden unirse para construir un mapa en 3D.
A partir de este mapa, los investigadores pueden construir un modelo 3D de la proteína, colocando cada átomo en su lugar. "Me recuerda a la resolución de un rompecabezas", explica Mancia. Esta técnica se ha convertido en los últimos años en una herramienta muy poderosa para visualizar las moléculas biológicas.
"Nuestra estructura muestra que la MFSD2A tiene forma de cuenco y que los Omega 3 se unen a un lado específico de este cuenco", explica Cater. "El cuenco está orientado hacia el interior de la célula, pero ésta es solo una única instantánea en 3D de la proteína, que en realidad tiene que moverse para transportar los Omega 3. Para entender exactamente cómo funciona, necesitamos varias instantáneas diferentes o, mejor aún, una cinta del transportador en movimiento".