Hay diversos estudios que demuestran la relación entre la boca y el cuerpo humano y acerca de cómo se influyen entre sí, añade. Uno de los ejemplos que menciona es la diabetes tipo 2, que está demostrado que aumenta el riesgo de la enfermedad de las encías, o periodontitis.
Esta grave infección en las encías daña el tejido blando y, si no se la trata, puede destruir el hueso que sostiene los dientes, causando una eventual pérdida de las piezas, define Mayo Clinic. Según ella, hay estudios que revelan cómo el tratamiento de la priodontitis, que reduce las bacterias bucales que causan dicha enfermedad, también reduce la gravedad de este tipo de diabetes.
"También se han encontrado conexiones entre los microbios orales y la artritis reumatoide, las capacidades cognitivas, los resultados del embarazo y las enfermedades cardíacas, lo que respalda la idea de que una boca enferma puede ir de la mano de un cuerpo enfermizo", precisa el comunicado de la Universidad.
Por ello, Kumar sostiene que la salud bucal es un tema al que hay que prestarle especial atención, a pesar de que se lo estudia poco. "¿Qué es más dinámico que la puerta de entrada a tu cuerpo: la boca? Es tan ignorado cuando lo piensas, y es la parte de tu cuerpo más orientada hacia adelante que interactúa con el medio ambiente, y está conectada a todo este sistema de tubos", asegura.
En su conferencia "Sonrisa asesina: el vínculo entre el microbioma oral y las enfermedades sistémicas", que tuvo lugar en la universidad, habló sobre los resultados de un estudio que realizó en 2020 en el que se compararon los microbiomas orales de dos personas, una con diabetes tipo 2 y otra sin la enfermedad, y cómo respondieron ambas al tratamiento no quirúrgico de la periodontitis crónica.
"El equipo descubrió que la periodontitis permite que las bacterias, en lugar del huésped humano, tomen las riendas para determinar la mezcla de microbios y moléculas inflamatorias en la boca. El tratamiento de la enfermedad de las encías condujo a la restauración final de una relación normal entre el microbioma y el huésped, pero sucedió más lentamente en las personas con diabetes", se encontró en el estudio.
Para ella, de esto se concluye que "las personas con diabetes tienen un microbioma diferente al de las personas que no son diabéticas", subraya Kumar. "Sabemos que cambiar las bacterias en su boca y restaurarlas a lo que su cuerpo conoce como bacterias saludables y amigables en realidad mejora su control glucémico", añade.
Si bien resta conocer mucho acerca de la relación entre la boca y los distintos tipos de enfermedades, este estudio se suma a la bibliografía existente que comprueba la clara relación entre la boca y el cuerpo humano.
En la conferencia, Kumar aprovechó para recordar la importancia del cepillado de dientes regular, que sirve para mantener equilibrado el microbioma bucal. "Las bacterias orales usan oxígeno para respirar y descomponen moléculas simples de carbohidratos y proteínas para mantenerse vivas. Algo tan simple como no cepillarse los dientes durante unos días puede desencadenar una cascada de cambios, interrumpiendo el suministro de oxígeno y provocando que los microbios cambien a un estado fermentativo", subrayó.
El cepillado de dientes, el uso de hilo dental, y la visita al dentista al menos dos veces al año (más una limpieza profunda profesional al menos una vez) ayuda a la prevención de enfermedades bucales, sugirió.