Un marcado descenso de las aguas subterráneas en todo el mundo debido al aumento de la demanda para consumo humano y producción agrícola, es una de las mayores amenazas para los ecosistemas fluviales.
15 octubre 2019 | Publicado : 15:25 (14/10/2019) | Actualizado: 05:08 (15/10/2019)
Así lo afirma el hidrólogo Inge de Graaf, del Instituto de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Friburgo, Alemania, en un estudio publicado por la revista Nature, donde señala que la reducción freática representa una amenaza global.
Investigaciones anteriores apuntaron que en 2010, entre 17 y el 21 por ciento de las cuencas fluviales sufrieron una caída en la afluencia de agua subterránea a arroyos y ríos, lo suficientemente grandes como para amenazar estos ecosistemas superficiales de agua dulce.
De Graaf señala ahora se prevé que en 2050 esta situación afectará al 42-79 por ciento de las cuencas fluviales situadas en las áreas de bombeo de aguas subterráneas.
Argumenta que este es un problema particularmente grave durante la estación seca, cuando el flujo de la corriente depende casi por completo de la acumulación de agua bajo la tierra.
Esta situación plantea una gran amenaza para los ecosistemas ribereños de agua dulce, ya que su nivel disminuye y la temperatura del agua aumenta demasiado para los organismos que viven bajo ella, como los peces, el plancton y las plantas acuáticas.
Dicho impacto ya se aprecia en el oeste de Estados Unidos y en el proyecto del Valle del Indo entre Afganistán y Pakistán, explica de Graaf.
La investigación desarrollada de conjunto con la Universidad de Utrecht, el Instituto Deltares en los Países Bajos y la Universidad de Victoria en Canadá, es el primero en simular las aguas subterráneas y los ríos como sistemas interconectados a nivel global y, por lo tanto, muestra los efectos de la extracción del agua acumulada bajo la tierra.
Al respecto, se precisa que de continuar el bombeo de tanta agua subterránea en las próximas décadas se alcanzará un punto crítico también para las regiones del sur y centro de Europa, como Portugal, España e Italia, así como en los países del norte de África.
También están en riesgo las áreas en las que los suministros de agua subterránea se han mantenido relativamente constantes, ya que los ríos no pueden mantener el nivel de estos ecosistemas subterráneos.
'El cambio climático puede incluso acelerar este proceso, ya que esperamos menos precipitaciones, lo que aumentará aún más la extracción de agua de esas cuencas y hará que las reservas se sequen por completo', significó de Graaf.