La forma en que las personas se alimentan puede influir significativamente en su autopercepción, no solo en términos de bienestar físico, sino también en su salud mental, que es el enfoque principal de esta revisión.
23 diciembre 2024 | Publicado : 04:25 (09/01/2025) | Actualizado: 04:43 (09/01/2025)
El estudio contó con una metodología rigurosa, empleando un doble ciego, en grupos que fueron tratados en paralelo durante un lapso total de 12 semanas. Un grupo recibió un tratamiento nutricional y el otro grupo apoyo social, ambos debieron someterse a una batería de evaluaciones previo al ensayo, para luego ser reevaluados en otras instancias del experimento. Los criterios de inclusión fueron de igual manera altamente rigurosos (mayor de 18 años, cumplir con los criterios del episodio depresivo mayor del DSM IV-TR, puntuación de 18 o superior en el test de la Escala de Depresión de Monstgomery-Asberg (MADRS por sus siglas en inglés), puntuación de 74 o menos en la Dietary Screening Tool y participación en un proceso de psicoterapia (mínimo 2 semanas previo a la aleatorización). Por último, estos debían tener la disponibilidad de comer todos los alimentos que le fueran a dar sin restricciones por el tiempo completo de la duración. Esto dio una participación final de 67 personas.
Las personas que fueron asignadas aleatoriamente al grupo de apoyo nutricional debían una dieta mediterránea modificada, basada en las pautas dietéticas de Australia (país de realización) y las pautas dietéticas de Grecia. La intención era aumentar la calidad de la dieta introduciendo una mayor cantidad de cereales integrales, verduras, frutas, legumbres, productos lactes bajos en grasa y azúcares, frutos secos crudos sin sal, pescados, carnes rojas magras, pollo, huevos y aceite de oliva, la dieta fue asesorada por dietistas profesionales. Había 55 participantes que tenían algún tratamiento para la condición de depresión, 21 combinaban fármaco y psicoterapia, 9 solo psicoterapia y 25 solo el tratamiento farmacológico, de los cuales 31 estuvieron en el grupo de tratamiento nutricional. Una vez concluido las 12 semanas de tratamiento el grupo que tuvo el tratamiento los resultados de este estudio son que el tratamiento nutricional estructurado tuvo mejoras importantes en su sintomatología del trastorno depresivo.
Este estudio, reconocido como el piloto en el tema da una evidencia fuerte en que abordar la salud como un todo y aplicar la nutrición dentro de un tratamiento de salud mental da resultados alentadores hasta en casos graves.
En Australia, Parletta et al. (2019) llevó a cabo otro ECA basado en los aportes de una dieta mediterránea al tratamiento de la depresión, con la diferencia que este añadió la suplementación del aceite de pescados el cual es un suplemento que tiene el ácido graso poliinsaturado Omega-3.
El estudio comenzó con 152 individuos que debían haber cumplido los requisitos de depresión, se les aplicó la subescala de depresión de la prueba DASS, la prueba PANAS y algunos cuestionarios dietéticos. Todas las evaluaciones pertinentes se realizaron al inicio, a los 3 y a los 6 meses. Los 152 participantes fueron divididos en 2 grupos, en que uno sería el que recibiría el plan alimenticio junto con las capsulas del suplemente de aceite de pescado, las cuales contenían las dos formas principales de ácidos grados polinsaturados Omega 3. Se tomaron medidas de sangre para delimitar los efectos directos de la suplementación con aceite de pescado. Ambos grupos vieron una mejora significativa en sus procesos de tratar de la depresión, sin embargo, el grupo que fue expuesto a la dieta mediterránea y la suplementación tuvo mejoras mucho mayores en todos los marcadores de salud mental. En cuanto a la influencia de la suplementación con aceite de pescado, se asoció con una reducción de ansiedad y estrés en ambas mediciones, tanto a los 3 meses como a los 6 debido a una mejor proporción entre el Omega-3 (EPA) y el Omega-6 (AA). Además, dentro de las conclusiones del estudio se llegó a que el Omega-3 tiene un desempeño importante en varias funciones neuronales (Parletta et al., 2017). El estudio concluyó que un mejoramiento en la dieta se correlaciona con un mejoramiento significativo de un estado depresivo, así como en otras áreas de salud mental. En lo que a la suplementación con aceites de pescado que contuvieran Omega 3 no tuvieron un impacto significativo o al menos no dieron un grado de correlación notable.
En un tercer Ensayo Clínico Aleatorizado hecho en Australia por Francis, Stevenson, Chambers, Gupta, Newey y Lim (2019) por una duración de tres semanas en adultos jóvenes de entre 17 y 35 años, con puntuaciones de la subescala de depresión de la prueba DASS mayores a 7, junto con la prueba CESD-R la cual mide los síntomas de un episodio depresivo mayor mostrados por el manual de diagnóstico DSM-V, y que si estaban en un tratamiento de depresión tuvieran al menos 2 semanas de iniciado.
Un grupo tuvo un cambio de dieta y el otro solo se le daba seguimiento. Se usó una dieta mediterránea modificada y las guías dietéticas australianas, guiado por dietistas profesionales. El total fue de 76 personas y posterior a la aleatorización quedaron dos grupos de 38 cada uno. Los resultados luego de 3 semanas de cambios en la dieta, se reflejaron mejoras significativas en las personas que formaron parte del grupo de cambio de dieta, en este se redujo importantemente las puntuaciones de depresión en ambas escalas usadas, añadido a esto hubo mejoras en otras áreas de salud mental como la ansiedad o el estrés mientras que en el grupo dieta habitual no hubo cambios significativos. El estudio afirma que un cambio dietético tiene efectos positivos sobre la condición de depresión y que hay muy pocas desventajas en adoptar este método dentro de un tratamiento para condiciones relativas al estado de ánimo y da mucho que ganar (Francis et al., 2019).
Conclusión
La forma que las personas se alimentan tiene una implicación importante sobre la salud mental, que el caso de ser una dieta deficiente, baja en nutrientes importantes o alta en productos ultra procesados podría ser un factor de riesgo que aportaría al mantenimiento de trastornos del estado de ánimo como la depresión.
Establecer un patrón alimenticio basado en la dieta mediterránea y añadiendo algunas modificaciones según las guías nutricionales del país en que se encuentre está asociado a un mejoramiento en la sintomatología depresiva, siendo un resultado consistente en los tres ECA mencionados en esta revisión.
Se añade que el ácido graso poliinsaturado Omega 3 juega un papel importante en varias acciones del sistema nervioso, como el aumento y mejor traspaso en el sistema de neurotransmisores vitales para el estado de ánimo como la dopamina y la serotonina.
Si bien trastornos del estado de ánimo son sumamente complejos y multifactoriales incluyendo contextos sociales, biológicos, experienciales, el abordar estos trastornos de forma integral, añadiendo el tratamiento nutricional al ya existente puede dar beneficios significativos en la mejora de la condición.Esto no debe tomarse como que un cambio en la dieta es o debe ser el tratamiento primordial para estos trastornos si no que es un complemento que aporta una ayuda sustancial al tratamiento ya existente.
Abordar la salud mental desde un punto de vista integral, viendo aspectos completos de la vida de las personas da resultados favorables en aspectos circundantes al cuadro clínico que se espera tratar, como se vio en los ECA que se buscaba tratar sintomatología depresiva o propiamente un trastorno de depresión estos se mejoraban y se mejoraban otros puntos importantes de la salud mental.
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